El 19 de abril se celebra el Día Mundial de la Bicicleta con el objetivo de promocionar este medio de transporte y llamar la atención sobre los derechos de los ciclistas.
Las ciudades de todo el mundo están llenas de coches y su uso indiscriminado genera contaminación, crea desigualdad e individualiza.
El uso de la bicicleta protege no sólo al medio ambiente, ya que ayuda a la disminución de emisiones de CO2 a la atmósfera, sino también al cuidado de la salud de la persona que la utiliza, debido que su uso habitual representa un saludable ejercicio físico.
John F. Kennedy “Nada es comparable al sencillo placer de dar un paseo en bicicleta”.
Un poco de historia:
El químico suizo Albert Hofmann sintetizó por primera vez LSD el 16 de noviembre de 1938 en los laboratorios Sandoz de Basilea (Suiza), durante un programa de investigación dirigido a encontrar posibles usos medicinales de los alcaloides del grupo ergolina, Mientras volvía a sintetizar LSD-25, Hofmann se sintió mareado y tuvo que dejar el trabajo. En su diario, Hofmann escribió que abandonó el laboratorio y partió a su casa, afectado por «una notable inquietud, combinada con un ligero mareo». Hofmann indica que mientras reposaba en su cama cayó en un "estado similar a la ebriedad", no desagradable, que se caracterizaba por una estimulación extraordinaria de la imaginación. En un estado similar al ensueño, con los ojos cerrados contemplaba series ininterrumpidas de «imágenes fantásticas, formas extraordinarias con patrones de colores intensos, caleidoscópicos». El estado duró unas dos horas, pasadas las cuales remitió.16 Hofmann pensó que estos efectos psicoactivos se debían a que había absorbido accidentalmente una pequeña cantidad de LSD-25 por vía cutánea. Tres días después, tomó una dosis mucho mayor para poner a prueba sus efectos; este día pasó a ser conocido más tarde como "el día de la bicicleta".
El 19 de abril de 1943 el doctor Hofmann ingirió a propósito 250 microgramos de LSD, pues, por su experiencia con otros alcaloides ergóticos, pensó que podría ser la dosis mínima. Sin embargo, pronto descubrió que la sustancia tenía una potencia superior a la de casi cualquier otra conocida en la época, por lo que la dosis que se administró era en realidad superior a la que más tarde se aconsejó para fines terapéuticos. Tras ingerir la sustancia, Hofmann sintió que le costaba hablar de forma inteligible y pidió a su asistente de laboratorio, que estaba al tanto del experimento, que le acompañase en su viaje a casa en bicicleta, pues, por las restricciones del período de guerra, no había automóviles disponibles. Durante el viaje a casa, el estado de Hofmann se agravó, y en su diario escribió que todo lo que había en su campo de visión ondulaba, distorsionado como una imagen en un espejo cóncavo. Aunque avanzaba velozmente, tuvo la sensación paradójica de que permanecía inmóvil. Cuando llegó a casa, llamó a un doctor y pidió a su vecina algo de leche, creyendo que le ayudaría a recuperarse. Hofmann hace notar que a pesar de su estado delirante, fue capaz de escoger con lucidez la leche, por su calidad de antídoto no específico contra el envenenamiento.
Cuando llegó el médico, no encontró ningún síntoma físico anormal, salvo las pupilas extremadamente dilatadas. Tras pasar varias horas aterrorizado, convencido de que un demonio había poseído su cuerpo, de que su vecina era una bruja y de que el mobiliario de su casa le amenazaba, el doctor Hofmann pensó que había enloquecido por completo. En su diario, Hofmann indica que el doctor decidió no medicarlo y prefirió enviarlo a la cama. Una vez acostado, Hofmann sintió que el pánico comenzaba a dar paso a una sensación de buena suerte y gratitud. Los colores y juegos de formas que veía con los ojos cerrados le resultaban ahora placenteros. Se trataba de «imágenes fantásticas» que surgían ante él, alternándose unas tras otras, abriéndose y cerrándose en círculos y espirales para después explotar en fuentes de color, y comenzar de nuevo, en un flujo incesante. Durante su 'viaje', las impresiones acústicas (como el ruido de un automóvil que pasaba) se transformaban en imágenes. Finalmente, Hofmann se quedó dormido y despertó al día siguiente fresco y con la mente clara, aunque con cierto cansancio corporal. Desayunó con una sensación de bienestar y vida renovada, y encontró la comida deliciosa. Mientras caminaba por el jardín, notó que todos sus sentidos «vibraban con una sensibilidad superior, que duró durante todo el día».
Esto se traduce en la euforia que presentamos muchos de los que pedaleamos, por eso es algo incansable e inagotable para nuestra mente y cuerpo…
En el ciclismo es visible y palpable el dicho que sin sacrificio no hay victoria, no hay otro deporte que de un mejor ejemplo de temple y coraje
Feliz dia a todos los t'int'in ook máak
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